Por qué un colegio privado a precio de concertado?
Porque nuestra meta no es ganar dinero. No somos un negocio, sino un centro sin ánimo de lucro haciendo el esfuerzo de mantener los precios asequibles por ser un aspecto de nuestra atención a la diversidad y de la inclusión, como parte de nuestra visión cristiana protestante, a la misma vez manteniendo la calidad y flexibilidad que permite un colegio privado.
¿Cómo se mantiene un colegio con ingresos mínimos al no disponer de recursos ni de financiación de ninguna otra entidad?
¡Con algo de dificultad, pero con mucho gozo al ver la provisión de Dios en diferentes momentos cruciales mediante donativos inesperados de particulares y voluntariado, de forma desinteresada! Sobre todo disponemos de muchos voluntarios dentro del equipo que aportan su servicio y su profesión para el beneficio del colegio, arrimando el hombro en estos comienzos en los que hay que crecer poco a poco, porque se identifican con la visión cristiana del colegio, y ven la necesidad de esta opción educativa de amor incondicional al niño y un ambiente feliz de inclusión, y en familia. Algunos padres también reciben becas en intercambio de voluntariado lo cuál ayuda a mantener el bajo coste. Al hacer jornada intensiva se reducen las horas laborales, reduciendo también los costes de sueldos de los profesores. El trabajo físico en el centro actual se ha hecho con voluntarios, algunos quienes ni siquiera conocíamos al comienzo, que han sabido de este proyecto y han querido donar su tiempo y energía. Esto ha hecho crecer el ambiente de familia, de comunidad, y de "servicialidad" en el colegio. Unos pocos en el equipo también están apoyados por una ONG, pudiendo trabajar sin cobrar en el colegio. Además, también de diferentes maneras, colaboran personas jubiladas llenas de energía y dedicación por los niños y los jóvenes.
¿Qué tipo de instalaciones y de entorno serían el ideal?
Nuestro ideal es un entorno natural con zonas verdes, árboles, flores; y cómo no, un gran huerto. Las zonas verdes aumentan el nivel cognitivo y la creatividad, relajan y facilitan el aprendizaje, proveyendo de mucho disfrute, además de oportunidades de aprender a cuidar el entorno natural y el mundo en que vivimos. Nuestras aulas ideales serían cabañas de madera, o al menos módulos educativos que se puedan decorar con colores naturales como la madera, ya que este ambiente es pedagógico: facilita el aprendizaje por su sencillez visual y ambiente acogedor, y por su ausencia de estímulos sonoros y visuales que pueden perjudicar la sobrecarga sensorial. Nuestro ideal también es un ambiente de "hogar", de "casa", porque la educación, aún pudiendo ser con rigor, de calidad académica y con orden, no tiene porqué realizarse en espacios estériles, fríos o de sobrecarga de colores/texturas donde es más difícil relajarse y por lo tanto, más difícil relacionarse con los demás y aprender. ¡Y luz natural en lo posible, por supuesto!
Muchas NEE (necesidades educativas especiales), incluyendo algunas DA (dificultades de aprendizaje), se reducirían y algunas se eliminarían, con un entorno ideal donde el niño es feliz. Nos encantan también las moquetas y alfombras que usan otros colegios por Europa, porque reducen el ruido y por lo tanto el nivel de estrés. El ruido fuerte continuo dentro de una clase, donde todo hace eco, sube el estado de alerta y de estrés en los niños (las hormonas del estrés aumentan, como la adrenalina, la cortisona, etc.), disminuyendo el nivel cognitivo, el nivel de creatividad y el bienestar, y pudiendo aumentar el nivel de agresividad y falta de atención.
¿Por qué los grupos reducidos cuando con esto se sacrifican ingresos, en una situación de carencia de recursos?
Porque nuestra prioridad esencial es el bienestar del alumno. Ya hemos dicho que no somos un negocio, y nunca lo seremos. La misma asociación que creó el colegio, lo prohíbe. Por esto creamos el proyecto y nos sacrificamos para poder proveer esta opción educativa. En este sentido somos muy selectivos en el personal; deben ser docentes capaces de mostrar amor a los niños y que disfruten de la enseñanza, no meramente cumplir con un trabajo. En grupos reducidos (máximo 15, aunque por ahora son bastantes menos) el profesor puede conocer a cada niño y dar atención personalizada, en equipo con el resto de docentes quienes comparten la enseñanza en cada grupo. Los niños no se educan en masa como un ensamblaje de una fábrica ni en un mismo molde; son personas con valor y características individuales, con dignidad, hechos a imagen de Dios como nos dice el Creador en Su Palabra, a quienes hay que respetar y dar ánimo positivo, con límites sanos, mientras se aporta en sus vidas atendiendo a la persona en su totalidad, en equipo con las familias.
¿Quién fundó el colegio?
Se creó el colegio bajo la cobertura legal de la asociación sin ánimo de lucro, Connecta Associació Cristiana de visión evangélico-protestante y miembro de la FEREDE, con sede en Sant Cugat del Vallès desde el 2004, y en Barcelona capital anteriormente, desde el 1982. En el 2012 un grupo de personas y familias comienzan a reunirse para planear y trabajar en la creación del proyecto, incluyendo el largo proceso de adquirir la información pertinente de Ensenyament y de los ayuntamientos de varias poblaciones, sobre toda la normativa y requisitos, tanto para las instalaciones como para el proyecto en sí. Estas personas son profesionales de los sectores educativo, sanitario, social, administrativo y de gestión, diseño e informática, entre otros. Desde ese grupo de trabajo, se forma la junta directiva del colegio, a la misma vez que el equipo directivo y los primeros profesores. En septiembre del 2015 el colegio abre de forma muy reducida por necesidad y demanda de algunas familias, bajo la cobertura de un colegio británico para los expedientes de escolarización y notas oficiales, mientras se sigue el proceso de homologación como colegio español, pero internacional y trilingüe en su función.
Siguieron sumándose docentes y otros voluntarios, quienes, junto con las mismas familias del colegio en sí, continuaron aportando de forma voluntaria a la creación y desarrollo del proyecto, en equipo, para un bien común. De ahí nació al comienzo el nombre de Synergy (“sinergia”), la unión de varias fuerzas y fuentes para un propósito y bien común. Desde la junta y el equipo directivo continuamos siempre abiertos a las aportaciones, ideas y sugerencias de personas con el deseo de ver este proyecto crecer y mejorar.
Sobre todo, queremos destacar la oración. Desde antes de nuestros comienzos, estuvimos años orando por el sueño de proveer esta opción educativa, única en Catalunya. Como creyentes e hijos de Dios, no queremos “tirar adelante” con nuestros planes y ambiciones propios sin considerar la voluntad de nuestro Dios y Soberano, sino que ponemos nuestros deseos y cargas en Sus manos para recibir de Su guía y sabiduría en todo, sumándonos a dónde Él está obrando. Entendemos en Su Palabra, la Biblia, que Él tiene buenas obras planeadas de antemano para Sus hijos, y a través de nuestra vida diaria y de nuestros trabajos y amistades, quiere bendecir y aportar en las vidas de nuestra comunidad, sirviendo en el nombre de su hijo Jesucristo, quien se entregó por la salvación de toda la humanidad (Juan 3:16).
Como Creador del universo, entendimos también que Él podía proveer si fuera Su voluntad, para este proyecto de “palabras mayores”, con un grupo de personas entregadas, sin recursos propios, y ha sido un camino fascinante al verle obrar en maneras que no nos hubiéramos podido imaginar, no sólo en la provisión económica poco a poco a lo largo de los años, pero en muchas más maneras. Ha sido una fuente de gozo enorme, ver cómo tantos individuos y comunidades cristianas de muchos lugares en este país y otros por todo el mundo, se han sumado en relación/amistad con el colegio para orar y animar. Con este sentir, el colegio no es "nuestro", ni de la junta ni de la asociación, ni del equipo directivo, sino de Dios mismo, y para Su gloria. Es, y seguirá siendo un trabajo en equipo.
Seguiremos añadiendo y respondiendo a más preguntas...
Porque nuestra meta no es ganar dinero. No somos un negocio, sino un centro sin ánimo de lucro haciendo el esfuerzo de mantener los precios asequibles por ser un aspecto de nuestra atención a la diversidad y de la inclusión, como parte de nuestra visión cristiana protestante, a la misma vez manteniendo la calidad y flexibilidad que permite un colegio privado.
¿Cómo se mantiene un colegio con ingresos mínimos al no disponer de recursos ni de financiación de ninguna otra entidad?
¡Con algo de dificultad, pero con mucho gozo al ver la provisión de Dios en diferentes momentos cruciales mediante donativos inesperados de particulares y voluntariado, de forma desinteresada! Sobre todo disponemos de muchos voluntarios dentro del equipo que aportan su servicio y su profesión para el beneficio del colegio, arrimando el hombro en estos comienzos en los que hay que crecer poco a poco, porque se identifican con la visión cristiana del colegio, y ven la necesidad de esta opción educativa de amor incondicional al niño y un ambiente feliz de inclusión, y en familia. Algunos padres también reciben becas en intercambio de voluntariado lo cuál ayuda a mantener el bajo coste. Al hacer jornada intensiva se reducen las horas laborales, reduciendo también los costes de sueldos de los profesores. El trabajo físico en el centro actual se ha hecho con voluntarios, algunos quienes ni siquiera conocíamos al comienzo, que han sabido de este proyecto y han querido donar su tiempo y energía. Esto ha hecho crecer el ambiente de familia, de comunidad, y de "servicialidad" en el colegio. Unos pocos en el equipo también están apoyados por una ONG, pudiendo trabajar sin cobrar en el colegio. Además, también de diferentes maneras, colaboran personas jubiladas llenas de energía y dedicación por los niños y los jóvenes.
¿Qué tipo de instalaciones y de entorno serían el ideal?
Nuestro ideal es un entorno natural con zonas verdes, árboles, flores; y cómo no, un gran huerto. Las zonas verdes aumentan el nivel cognitivo y la creatividad, relajan y facilitan el aprendizaje, proveyendo de mucho disfrute, además de oportunidades de aprender a cuidar el entorno natural y el mundo en que vivimos. Nuestras aulas ideales serían cabañas de madera, o al menos módulos educativos que se puedan decorar con colores naturales como la madera, ya que este ambiente es pedagógico: facilita el aprendizaje por su sencillez visual y ambiente acogedor, y por su ausencia de estímulos sonoros y visuales que pueden perjudicar la sobrecarga sensorial. Nuestro ideal también es un ambiente de "hogar", de "casa", porque la educación, aún pudiendo ser con rigor, de calidad académica y con orden, no tiene porqué realizarse en espacios estériles, fríos o de sobrecarga de colores/texturas donde es más difícil relajarse y por lo tanto, más difícil relacionarse con los demás y aprender. ¡Y luz natural en lo posible, por supuesto!
Muchas NEE (necesidades educativas especiales), incluyendo algunas DA (dificultades de aprendizaje), se reducirían y algunas se eliminarían, con un entorno ideal donde el niño es feliz. Nos encantan también las moquetas y alfombras que usan otros colegios por Europa, porque reducen el ruido y por lo tanto el nivel de estrés. El ruido fuerte continuo dentro de una clase, donde todo hace eco, sube el estado de alerta y de estrés en los niños (las hormonas del estrés aumentan, como la adrenalina, la cortisona, etc.), disminuyendo el nivel cognitivo, el nivel de creatividad y el bienestar, y pudiendo aumentar el nivel de agresividad y falta de atención.
¿Por qué los grupos reducidos cuando con esto se sacrifican ingresos, en una situación de carencia de recursos?
Porque nuestra prioridad esencial es el bienestar del alumno. Ya hemos dicho que no somos un negocio, y nunca lo seremos. La misma asociación que creó el colegio, lo prohíbe. Por esto creamos el proyecto y nos sacrificamos para poder proveer esta opción educativa. En este sentido somos muy selectivos en el personal; deben ser docentes capaces de mostrar amor a los niños y que disfruten de la enseñanza, no meramente cumplir con un trabajo. En grupos reducidos (máximo 15, aunque por ahora son bastantes menos) el profesor puede conocer a cada niño y dar atención personalizada, en equipo con el resto de docentes quienes comparten la enseñanza en cada grupo. Los niños no se educan en masa como un ensamblaje de una fábrica ni en un mismo molde; son personas con valor y características individuales, con dignidad, hechos a imagen de Dios como nos dice el Creador en Su Palabra, a quienes hay que respetar y dar ánimo positivo, con límites sanos, mientras se aporta en sus vidas atendiendo a la persona en su totalidad, en equipo con las familias.
¿Quién fundó el colegio?
Se creó el colegio bajo la cobertura legal de la asociación sin ánimo de lucro, Connecta Associació Cristiana de visión evangélico-protestante y miembro de la FEREDE, con sede en Sant Cugat del Vallès desde el 2004, y en Barcelona capital anteriormente, desde el 1982. En el 2012 un grupo de personas y familias comienzan a reunirse para planear y trabajar en la creación del proyecto, incluyendo el largo proceso de adquirir la información pertinente de Ensenyament y de los ayuntamientos de varias poblaciones, sobre toda la normativa y requisitos, tanto para las instalaciones como para el proyecto en sí. Estas personas son profesionales de los sectores educativo, sanitario, social, administrativo y de gestión, diseño e informática, entre otros. Desde ese grupo de trabajo, se forma la junta directiva del colegio, a la misma vez que el equipo directivo y los primeros profesores. En septiembre del 2015 el colegio abre de forma muy reducida por necesidad y demanda de algunas familias, bajo la cobertura de un colegio británico para los expedientes de escolarización y notas oficiales, mientras se sigue el proceso de homologación como colegio español, pero internacional y trilingüe en su función.
Siguieron sumándose docentes y otros voluntarios, quienes, junto con las mismas familias del colegio en sí, continuaron aportando de forma voluntaria a la creación y desarrollo del proyecto, en equipo, para un bien común. De ahí nació al comienzo el nombre de Synergy (“sinergia”), la unión de varias fuerzas y fuentes para un propósito y bien común. Desde la junta y el equipo directivo continuamos siempre abiertos a las aportaciones, ideas y sugerencias de personas con el deseo de ver este proyecto crecer y mejorar.
Sobre todo, queremos destacar la oración. Desde antes de nuestros comienzos, estuvimos años orando por el sueño de proveer esta opción educativa, única en Catalunya. Como creyentes e hijos de Dios, no queremos “tirar adelante” con nuestros planes y ambiciones propios sin considerar la voluntad de nuestro Dios y Soberano, sino que ponemos nuestros deseos y cargas en Sus manos para recibir de Su guía y sabiduría en todo, sumándonos a dónde Él está obrando. Entendemos en Su Palabra, la Biblia, que Él tiene buenas obras planeadas de antemano para Sus hijos, y a través de nuestra vida diaria y de nuestros trabajos y amistades, quiere bendecir y aportar en las vidas de nuestra comunidad, sirviendo en el nombre de su hijo Jesucristo, quien se entregó por la salvación de toda la humanidad (Juan 3:16).
Como Creador del universo, entendimos también que Él podía proveer si fuera Su voluntad, para este proyecto de “palabras mayores”, con un grupo de personas entregadas, sin recursos propios, y ha sido un camino fascinante al verle obrar en maneras que no nos hubiéramos podido imaginar, no sólo en la provisión económica poco a poco a lo largo de los años, pero en muchas más maneras. Ha sido una fuente de gozo enorme, ver cómo tantos individuos y comunidades cristianas de muchos lugares en este país y otros por todo el mundo, se han sumado en relación/amistad con el colegio para orar y animar. Con este sentir, el colegio no es "nuestro", ni de la junta ni de la asociación, ni del equipo directivo, sino de Dios mismo, y para Su gloria. Es, y seguirá siendo un trabajo en equipo.
Seguiremos añadiendo y respondiendo a más preguntas...