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1. Introducción
• Dios nos creó como seres integrales: cuerpo, alma y espíritu (1 Tes. 5:23). • Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19-20). • El ejercicio físico, según la neurociencia, estimula la neurogénesis (creación de nuevas neuronas), mejora la memoria, regula el estado de ánimo y previene de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer. • La Biblia reconoce su valor, pero pone las prioridades correctas: la piedad es de mayor provecho (1 Tim. 4:8). 2. Fundamentos bíblicos • Creados con un cuerpo físico: Gén. 1:28-31, Sal. 139:13-14. • Cuidado del cuerpo: 1 Cor. 6:19-20. • Prioridades correctas: 1 Tim. 4:8. • Ejemplo de Jesús: su ministerio incluyó atención a necesidades físicas (sanidad y alimento) y espirituales. • Advertencia contra la vanidad: 1 Sam. 16:7, Prov. 31:30, 1 Pe. 3:3-4. 3. Aportes de la neurociencia (Nazareth Castellanos) • El ejercicio físico es “el gran regulador” entre cuerpo y cerebro. • La actividad física favorece la neuroplasticidad y neurogénesis, lo que impacta en: o Mejor memoria y concentración. o Regulación del estrés y las emociones. o Prevención de enfermedades neurodegenerativas. • El cuerpo y la mente están profundamente interconectados; lo que hacemos con uno impacta en el otro. 4. Ejemplo del apóstol Pablo • Pablo usó ilustraciones deportivas (1 Cor. 9:24-27). • Su vida incluía gran actividad física (viajes a pie por largas distancias). • No despreciaba el ejercicio, pero advertía contra darle un lugar mayor que a la vida piadosa. 5. Peligros a tener en cuenta • Extremo 1: descuidar el cuerpo por enfocarse solo en lo espiritual. • Extremo 2: obsesionarse con el cuerpo y descuidar lo espiritual. • La clave es el equilibrio bíblico, es decir, cuidar el cuerpo para servir mejor a Dios. 6. Aplicaciones prácticas • Hacer ejercicio como mayordomía del cuerpo, no por vanidad. • Usar la energía física para cumplir mejor el llamado espiritual. • Mantener una rutina equilibrada: ejercicio, descanso, oración, estudio bíblico. • Recordar: el ejercicio beneficia para esta vida, pero la piedad es para esta vida y la venidera (1 Tim. 4:8). “Cuidamos el cuerpo para servir mejor a Dios, y cuidamos el espíritu para estar eternamente con Él.” África Ruiz, Maestra de Primaria, Synergy International Christian School
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